La vuelta al trabajo

Esta semana muchas mujeres han vuelto a trabajar. A los horarios infernales. Al encaje de bolillos. No solo eso, también muchos niños han empezado guarderías y demás. Los que quedan irán la semana que viene a la escuela. No somos las primeras ni seremos las últimas en realizar ese ritual de levantarse a la mañana, dejar al niño en la escuela y irse a trabajar.

La generalización del trabajo por cuenta ajena no es tan antiguo, probablemente tan solo hace un par de siglos que las familias dejan a sus hijos en la escuela y se va al trabajo. 

Com he comentado en algun que otro lugar, la separación entre el ámbito privado y el público se ha ido haciendo cada vez más y más acusado. Ahora mismo, mientras estás en la oficina, tienda o en el lugar de trabajo que sea, no solo alquilas tu fuerza de trabajo, también alquilas tu tiempo. Mientras realizas tu tarea remunerada debes olividarte, en la medida de lo posible, de que eres madre, padre o demás.

Este ha sido un cambio gradual. Hace unos siglos era habitual que los niños acompañaran a sus madres a todas partes, también a trabajar. 

Hace unos días colgaba en mi portal de facebook una imagen muy clara en este sentido, Las cigarreras del pintor andaluz Gonzalo Bilbao.






En el centro del cuadro destaca una mamá dando el pecho su bebé. Con naturalidad, el resto sigue trabajando u observando al recién nacido con alegría. Parece que en las fábricas de tabacos era habitual llevar a los bebés, tenían hasta una cuerda específica para acunarlos mientras liaban los cigarros.

Las cigarreras fueron una figura habitual en la España del siglo XIX. Han inspirado obras musicales como Carmen de Bizet, pinturas como la que os presento y numerosa literatura. Se convitieron, en el imaginario masculino, en modelos de mujeres fuertes, independientes y atractivas. Pero lo que a mi me gustaría destacar es que fueron también un modelo de luchadoras. Gracias a sus luchas donde consiguieron salas de lactancia y guarderías en algunas fábricas. También contaban con una lectora que les leía las noticias de interés del día. 

En estos días de retorno a la rutina laboral, de desasosiego para muchas, me gusta recordar a estas trabajadoras y, de paso, volver a ser consciente que los derechos laborales no se dan, se ganan.

(Más información en el libro Rebeldes periféricas, de Ana Muiña. Referencia encontrada en el siguiente enlace:  http://burgostecarios.blogspot.com.es/2008/11/lecturas-obreras-i.html)


4 comentarios:

  1. Sí, estos son unos días de difícil adaptación para todos. Está bien recordar aquellas otras muchas mujeres qeu nos precedieron en situaciones similares. El cuadro me encanta.
    Un abrazo

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    1. Seguro que algunas de las cosas que se hicieron en el pasado no nos servirán, però otras sí. Es lo bueno de mirar al pasado para aprender, que puedes desechar y recuperar solo lo bueno! :)

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  2. Jo de vegades tinc la sensació que faig més de mare dels meus alumnes que no pas dels meus fills... Una sensació trista la veritat.

    De vegades caldria fer una ullada al passat i aprendre una miqueta d'ell.

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    1. Sí, entenc el que dius. Segur que en el passat les mestres teninen els seus fills entre els alumnes. Ja sé que no es la solució, però el que està clar és que estaven amb ells més hores! :)

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