Brujas

PortadaHe ido dejando algunos trazos de mis lecturas por el facebook. Las últimas citas pertencen al libro de Silvia Federici, Calibán y la bruja. Se trata de un ensayo donde intenta desentrañar el porqué del genocidio femenino que se dió en Europa entre finales del siglo XVI principios del XVII.  

La autora considera que la implantación del capitalismo necesitaba de la desconexión de las solidaridades de las clases bajas y, sobretodo: urgía el uso de los trabajos femeninos de manera gratuita. 

Para conseguirlo, hubo que doblegar las voluntades femeninas con una represión de proporciones genocidas.

Esa es la razón de la caza de brujas, según Silvia Federeci. 

He leído el libro con mucho interés, porque el tema lo tengo en la cabeza desde hace tiempo. Tal vez no concretamente la caza de brujas, pero si el las consecuencias que tuvo para la mujer la llegada de la modernidad. Las que me seguís con más asiduidad sabéis que ese es una de mis temas (por no decir "mi tema").

Tengo que decir que a veces la autora por intentar apoyar su tesi caen en algunas exageraciones o inexactitudes. Eso le quita solidez de alguna manera a la argumentación y es una pena, porque sí que creo que tiene parte de razón.

En mi opinión las brujas, burjos, embrujos, pócimas...siempre han estado pululando por la historia europa. Ya los Emperadores romanos miraban con suspicacía los conjuros y las mágias. 

Todo cambió a finales del siglo XV. Hubo un salto cualitativo cuando el Papa Inocencio VIII en 1484 validaba por primera vez la creencia en la brujería y las brujas. Dos años después un fraile alemán escribió el manual oficioso de persecución de brujas, conocido popularmente como el Malleus

Con esos dos textos se abrió la veda y empezó la caza.

Linda Maestra, de Goya

Duró hasta mediados del XVIII. Se habla de la muerte de unas 200.000 mujeres en toda Europa. 

No me parece que todo estubiera pensado al milímetro, planificado con antelación. No creo en una orden concreta, sí que creo que se trató de una época de miedo.

El miedo  que se genera con las crisis brutales, con las que no hay marcha atrás. Como la crisi que acabaría con la Edad Media y nos traría el Estado Moderno. 

Había miedo en las clases bajas porque estaban acabando con sus formas de vida, porque nuevos horarios, nuevas economías, nuevas pobrezas (pobrezas nunca vistas) acechaban a la vuelta de la esquina. 

Había miedo en las clases altas porque cuando presionas hacia abajo te vuelve el tiro en forma de violencia, revueltas y lucha. 

Y desde arriba empezaron a mirar con miedo a todas direcciones. Apuntaron a un lugar donde podía tirar. Las mujeres, aquellas más fuertes, aquellas que desafiaban demasiado: las encarcelaron, torturaron y mataron. 

El miedo se contagia. Lo sabéis. Y el miedo fue también a los hombres que vivían al lado. Se desconfiguraron las familias y las comunidades. No se puede vivir a corta distancia con tantas suspicacias.

La sombra del diablo, de Goya

Una de las grandes víctimas de todo ello fue la infancia. Los niños fueron obligados a declarar. Fueron llevados presos para que denunciaran a vecinos, a familiares. Muchos niños se quedaron sin madres. Muchos niños tuvieron miedo de sus propias madres. 

Después de leer el libro de Federici me interesé por investigar alguno de los procesos más en detalle. Leí algunas referencias de la caza de brujas en el País Vasco. 

Allí se puede comprovar de primera mano que existió la voluntad de hacer ver quien mandaba allí (el ESTADO), por encima de las jurisdiccions populares. También se quería ordenar una vida que desde las altas esferas se veía desordenada e incómoda.

En los escritos del juez francés que estuvo en tierras vascas cazando brujas habla de la inconstancia como marca del diablo (De l'inconstance des Demons) ...¿qué es la inconstancia? El desorden, la vida nómada, la gente que no quiere cultivar la tierra ni vivir como es debido. El nuevo mundo, el mundo moderno que se estaba construyendo requería orden, horarios fijos, conductas ordenadas, homogéneas. Pensamientos únicos. Todo lo demás debías ser condenado y subyugado.

Las mujeres harían de válvula de escape del miedo. Su condena sería una forma de canalizar el miedo y atar corto el desorden.

De la misma manera que un día empezó, un día la caza de brujas terminó, porque los mismos que habían puesto todo su interés en la persecución y muerte decidieron que las brujas no existían, que esas creencias eran propias de las clases populares. En realidad, lo que pasó es que ya no quedaban brujas a las que juzgar.

Pero no nos engañemos, las mujeres siguieron siendo juzgadas. Poco se sabe de las casas de reclusión y reeducación para mujeres, madres e hijas indómitas, infieles o, simplemente desobiedientes. 

Casas de Recogidas, Reclusorios, Casas de arrepentidas, Departamentos de Reservadas...Eran lugares que se podían encontar en todas las ciudades. Se habla poco de ellas pero estos presidios fueron los verdaderos antecedentes de la actual prisión masculina y femenina, como centro reeducacional.

Otro día me ocuparé más detalladamente de este tema que conzco gracias a la lectura del libro "Madres en prisión" de C. Yagües Olmos.

Para terminar solo decir que he leído en más de una ocasión, en más de una camiseta reivindicativa, la frase "somos las hijas de las brujas que no pudistéis quemar".

Pero no es verdad. Las brujas no existieron. Fueron una creación del poder. Somos las hijas de las mujeres supervivientes, de las que se quedaron en casa encerradas. Tenemos que vivir con eso. Ellas, como hubieramos hecho nosotras tal vez, hicieron lo que pudieron. Intentaron salvarse.

A veces es constructivo asumir las derrotas.

Dentro de las casas, quedó latente la fuerza de nuestras madres, aquella que les fue arrebatada un día.  Recuperémosla.

(Aparte los libros citados en la entrada podéis consultar el libro de M. Azurmendi, Las Brujas de Zugarramurdi y visitar la página Per Bruixa i Metzinera, sobre la caza de Brujas en Catalunya)

2 comentarios:

  1. Cira,¡qué pedazo de post-review que te has lanzado! A mí este tema, sabes que también me apasiona. No he leído el libro pero sí que está sonando mucho entre algunos círculos feministas. Estoy de acuerdo contigo en algunas observaciones, sobre todo en eso del miedo, de lo contagioso, del terrible genocido feminino que representó la inquisición. También en estoy de acuerdo en que no creo que haya sido un método-plan-exterminio, creo que en aquel momento histórico no había las herramientas comunicacionales para tener métodos uniformes y manejar escalas de exterminio como los que se han visto en la historia moderna y post moderna, hipermoderna y las que vengan. Con eso no le quiero quitar el carácter de genocidio, pero sí hay que tener en mente que los hechos históricos no se pueden analizar olvidando ese contexto social, político, etc.. en el que tuvieron lugar.

    Un gran abrazo desde Budapest

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    1. Si chica...y como se dice, de esos barros vienen estos lodos. Vamos a ir dándole la vuelta a la tortilla. Como siempre, un placer tenerte por aquí Bea. :)

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