Maneras de salir del encierro. La historia de la mujer recién parida (II)

Después de los días del encierro en el puerperio había que volver a la vida normal, reintegrarse a la vida social. La mujer, protagonista en todo momento de su parto y post-parto, volvía a entrar en escena. Con una vela entraba a la Iglesia, iluminando su camino de reincorporación al mundo de los hombres.


Para empezar esta historia, tan femenina, vamos a realizar un viaje en el tiempo. Concretamente a 1252, en una iglesia de Mujal (en Terrassa) donde vivían dos mujeres: Guillema de Branca y Guillema de Agell.

Lo primero que supongo que sorprenderá a los lectores es que dos mujeres solas vivieran en una iglesia. En esas épocas era mucho más habitual de lo que podemos imaginar.

Un potente movimiento femenino espiritual recorría Europa. Mujeres que querían salirse del camino marcado se retiraban a meditar y vivir al margen del sistema.  No observaban reglas monásticas ni pronunciaban votos. Así que se cree que lo que hacían era ejercer su libertad. Recuperar sus cuerpos y dejarlos libres de las sujeciones sociales, esas que contaban que el cuerpo de la mujer estaba hecho para procrear y ya está.

Estas comunidades se creaban de facto, es decir, un grupo de mujeres (a veces tan reducido como dos) se iban a vivir solas sin pedir permiso. Cada comunidad tenía su propia singularidad. Solo les unía las sencillas reglas de castidad, obediencia y pobreza. Dependiendo del lugar donde se adscribían hacían tareas concretas, o bien de ayuda a enfermos, en escuelas, etc. Algunos datos nos informan, aunque son muy escasos, de la posible vinculación especial con las otras mujeres del entorno.

El año 1252, como venía sucediendo en otras comunidades, el prior, en nombre de la Iglesia se puso en contacto con las Guillermas. Se decidió a legalizar su situación emitiendo un documento (el que conocemos) donde se les cedía la propiedad de la Iglesia.

Lo que en un principio podría parecer una concesión a su libertad de acción no era así. Como venía sucediendo en otras lugares, detrás de estos documentos y de la cesión de propiedades venían las obligaciones a las que de ahora en adelante deberían someterse.

Regulación jerárquica de la comunidad, limitación de salir de la Iglesia (tendiendo cada vez más a la clausura a la que serían sometidas en el futuro la mayoría de comunidades religiosas femeninas), etc.

¿Que tiene que ver todo ello con el parto y, más concretamente, con el ritual de purificación de la mujer?

En este documento tenemos un dato curioso al respecto. El prior decide que de ahora en adelante se apropiará de todos los ingresos que recibieran por los servicios en la Iglesia, haciendo especial mención a aquellos recibidos por las benediciones de las puerperas y los matrimonios.

No es mucha información, pero el hecho que se especifique nos hace pensar que tal vez estas bendiciones aportaban bastante dinero a la comunidad. Es decir, que tal vez, el hecho de que esta comunidad fuera femenina daba especial confianza a las puerperas y se decantaban por ella a la hora de purificarse.

Eso me sirve para hilar otra idea, y es que, aunque las mujeres de estas comunidades religiosas renunciaban a la maternidad "institucional" y patriarcal" es interesante pensar que no cedían su vinculación al proceso de gestación. Se sentían cercanas a las mujeres que parían.

De hecho, estos rituales, aunque fueran muy populares, nunca tuvieron mucha consideración por parte de la Iglesia Oficial. Ya desde el siglo IV encontramos rituales de purficación en las Iglesias, aunque desde el siglo VII se considera que no se pude atribuir ningún pecado al parto y por lo tanto no había ningún problema para entrar en la Iglesia acabada de parir. Es decir, esta purificación era papel mojado para la Iglesia, no valía para nada. Aún así se hacía y se siguió realizando hasta mediados del s.XX, ahí es nada.

Las menciones en los evangelios oficiales son contadas, de hecho tan solo tenemos una en el evangelio de Lucas (2, 22-4), José y María irán al templo para su purificación ritual. La otra es del Antiguo Testamento, concretamente en el Levítico se dice "No tocará nada santo ni entrará en el santuario hasta que se hayan cumplido los días de purificación".

También encontramos mención en otro texto católico, uno de mis favoritos, el Evangelio Apócrifo de Jaime, que en su día fue bastante leido, donde se cuenta el nacimiento y vida de María.

5.2: Que he parido? La comadrona le dijo: una niña y Ana exclamó: mi alma está enaltecida en este día y le puso a la niña. Completos los días Ana se purificó y dió el pecho a la niña.

Ya en el 1614 se pondrá por escrito la fórmula de la bendición, descartando en todo momento el término de purificación. En esta bendición se especificará el agradecimiento por parte de la madre por el nacimiento del hijo y el honor a la mujer cristiana "que vive honradamente" en el "matrimonio cristiano", así de paso, se convierte en un reforzamiento de la vida matrimonial. Por otro lado, se dice, que aquellas mujeres que lo hagan, es por imitación y devoción a la Virgen María.

De hecho, aunque la fiesta que conmemora este acontecimiento, la Candelaria, es muy popular en los países católicos y su nombre por la Iglesia Oficial es "Día de la Purificación de María y presentación de Jesús en el Templo" me ha sido imposible encontrar ni una sola representación de la Purificación de maría, todas son de la presentación del niño, sin mención explicita al rito principal donde la madre es protagonista. 

En resumen, se trataba de una purificación de la mujer, sinó una bendición y un agradecimiento por parte de la mujer por haber salido bien del parto.

La diferencia me parece sustancial. La mujer deja de ser protagonista del proceso. Su cuerpo deja de necesitar purificación, como si nada hubiera pasado. Es a Dios a quién debe agradecer haber traído el niño al mundo. El niño será el fruto a agradecer. El cuerpo de la mujer, la mujer, deja de existir, deja de importar.

A continuación os enlazo la principal bibliografia utilizada.

El texto del que se habla se puede consultar en el Diplomatario de Terrassa 

Sobre el ritual de bendición de la madre se puede consultar los estudios de Claudia Pancino. Yo concretamente he utilizado el artículo "La purificazione della puerpera: la storia confusa di un ritu ai confini fra biologia e società" dentro de Nacimietos bajo control. El parto en las edades Moderna y Contemporánea.

Si se quiere ampliar sobre el movimento espiritual femenino de la Edad Media: 

Sanahuja, Dolors (1992). “Les deodates de Santa Maria de Sales: una petita comunitat medieval de dones”, Acta Archaeologica et Mediaevalia, 13, p. 239-251.

Val Valdivieso, Mª Isabel del (1997) “Las instituciones religiosas femeninas”, Acta Archaeologica et Mediaevalia, 18, p. 161-178.

Monjas, Lluís (2002). “Les deodates de Sant Joan de l’Erm: una comunitat femenina heterodoxa de la Baixa Edat Mitjana”, dins Les dones i la història del Baix Llobregat. Publicacions de l’Abadia de Montserrat, Barcelona, p.141-181.


2 comentarios:

  1. Es increíble el robo a la dignidad y el papel sagrado (desde el punto de vista laico) que esta ha tenido para la continuación de la especie. Qué cosas más geniales escribes Cira, siempre interesantes :) Un besete!

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    1. Diría que todo nos lleva a lo mismo, un miedo desmesurado al poder femenino...

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